La primera vez que escuché este álbum fue una tarde de 1996, cuando recién salidito del horno, estaba sonando a todo volumen en la mítica y desaparecida tienda Dark Zone de Barcelona justo cuando yo entraba. En ese mismo momento lo compré sin pestañear, llevándome además la sorpresa de que sus autores eran Force Dimension, grupo que conocía de la época dorada de la ebm pero del que hacía años no tenía noticias. Sin embargo, este disco sonaba tan diferente a lo que conocía de ellos que incluso dudé de que fueran los mismos. Y en cierta manera, no andaba del todo desencaminado. El interesante texto autobiográfico que contiene el libreto del CD lo aclara totalmente.
Los Force Dimension que yo conocía era un dúo holandés formado por René van Dijk y Tycho de Groot que entre 1989 y 1992 publicaron un puñado de maxis y dos álbumes en el sello belga KK Records, dirigido entonces por Dirk Ivens (Klinik, Dive, etc). Se da curiosa circunstancia de que el primer álbum apareció en dos versiones: la primera, conocida como la versión azul, fue producida con poco tiempo y menor presupuesto por Luc Van Acker. Tan nefasto fue el resultado que Dirk Ivens tomó la inaudita decisión de conceder al grupo una segunda oportunidad: regrabaron el álbum bajo su co-producción, juntamente con la del propio grupo, mejorando ostensiblemente el resultado, que sería conocido como la versión roja. En todo caso, considero que su segundo álbum, "Deus Ex Machina", es mucho mejor.
Su estilo entonces era una ebm de tendencia synth-pop... ¿o synth-pop de tendencia ebm? No sabría decirte... No me convencía demasiado la "vocecilla de castrato" de de Groot, que veía poco apropiada para un género "duro" como la ebm, pero aun así su música me gustaba mucho, especialmente las líneas de bajo sintético, de inconfundible estilo que sería marca de la casa (y que aún se percibe en este "Kitty Hawk"). Su popularidad no llegó a la altura de los grandes del género, pero se hicieron un hueco en la escena, y eran pinchados con cierta frecuencia, por ejemplo, por los DJs de la ruta destroy valenciana, que estaba a punto de iniciar su proceso degenerativo.
En 1992 publicaron un recopilatorio de sus maxis y remezclas, y acto seguido se los traga la tierra. No supe nada más de ellos hasta esa tarde en Dark Zone. Leyendo detenidamente el texto autobiográfico del libreto, supe que Force Dimension se formó a mediados de los 80 por Armin Elmensdorp, André Hollands y los citados René van Dijk y Tycho de Groot, cuatro jóvenes apasionados por la electrónica oscura, industrial y experimental de Cabaret Voltaire, Brian Eno o los grupos del sello 4AD. Su deseo es hacer algo parecido, así que se pasan horas y horas dando forma sonora a sus ideas en el dormitorio de van Dijk, habilitado como pequeño estudio doméstico, donde graban sus primeros temas, a la par que actúan a nivel local.
Consiguen que dos de esos primeros temas, los primitivos y oscuros "Carcinome" y "So-Dom", poco que ver con su devenir body, sean publicados en 1987 en un EP de siete pulgadas conocido indistintamente como "Fab Force" o "Fabrieksforce". Es un vinilo compartido con De Fabriek, toda una leyenda de la escena del ruidismo industrial europeo, quienes a su vez contribuyen con los temas "Cancer" y "Gomorra" y se encargan además de publicarlo a través de su propio sello en una artesanal tirada limitada a 500 ejemplares. Por supuesto, este disco no sale de los reductos más subterráneos de la electrónica centroeuropea, y hoy día es una pieza de coleccionista.
Hacia 1988, de Groot y van Dijk quieren redirigir Force Dimension hacia los sonidos ebm que en aquella época estaban en su máximo apogeo. Los otros dos se oponen a la idea y abandonan el grupo, que queda reducido al dúo que yo conocía, iniciando su etapa ebm antes comentada y que finaliza repentinamente en 1992.
Sin embargo, un hecho casual desencadenaría su resurrección y la publicación de este "Kitty Hawk", que representa la vuelta a sus orígenes. En 1995, el viejo "Carcinome" empieza a sonar en los ambientes del underground gótico alemán, gracias al interés y difusión por parte de Michael Zöller, DJ alemán del club gótico Zwischenfall. "Carcinome" se convierte en un pequeño éxito de culto, y llega a incluírse en algunos recopilatorios alemanes de oscuridades del mismo calibre. Tal afortunado suceso motivaría una reunión puntual de Force Dimension, en esta ocasión como dúo formado por van Dijk y el antiguo desertor Armin Elmensdorp. Desgraciadamente, y a pesar de que anunciaron continuidad, el único testimonio discográfico de su reaparición se vería reducido a este espléndido "Kitty Hawk".
Las dos únicas pegas que le encuentro a este álbum son, en primer lugar, la portada y diseño del libreto (¡por Dios, que cosa más fea!), y en segundo lugar, la presencia de "Our Deep World Of Darkness", "Crystal Gazing" y "Lightfood", tres flojos temas aparentemente nuevos, de aire techno y producción justita, que no sé qué rayos pintan aquí, así como el remix industrioso de su clásico "Dust", que aunque no está mal, tampoco acaba de encajar.
Superados estos pequeños contratiempos (ah, y la broma intrascendente de "My Baby"), lo que queda es un material interesantísimo, basado en la reconstrucción/regrabación de sus viejas demos de 8 ó 10 de antigüedad, algunas instrumentales, otras con recitados entre lo monótono y lo amenazador. Es un regreso al sonido de esos dos temas de "Fab Force" (incluídos en este álbum en nuevas versiones/remezclas muy similares a los originales), de confección rudimentaria, con evocaciones de la vieja escuela industrial y marcado tono siniestro, en ocasiones hasta fúnebre. Encontramos aceleradas secuencias obsesivo-compulsivas (las dos nuevas versiones de "Carcinome", "Green Hall" y su secuela "Superballen"), estampas lúgubres ("Giant Ghost Steps", "Artic Apparatus"), y, sobre todo, ritmos electro-industriales de garaje (los dos "Hangar", "So-Dom", "Exitement" y el tremendo "Fiebertranz") que en algún momento me traen a la cabeza los primeros trabajos pre-ebm de Front 242, Portion Control, Die Krupps o Skinny Puppy.
A pesar de que no todo fueron excelentes críticas, a mí este disco me encanta, y no me cansaré de recomendarlo.
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(Contraseña: trybuna)
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Aunque no pude escucharlo convenientente, encuentro que no está mal, pero sí que tiene bastantes altibajos.
ResponderEliminarCuando pueda (no doy a basto chico) haré un juicio más objetivo.
Saludos eléctricos.
Voy a escucharlo! Gracias, muchas, muchas, muchísimas...
ResponderEliminarPor esta entrada y por todas. Se nota que hay love for the music.
Aquí se aprende!
Gracias
Chorby, entiendo que no des a basto, amigo. El ritmo que llevas con tu blog es tremendo, y encima te molestas en dejarte caer por aquí y comentar... cosa que aprecio mucho.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo de los altibajos de este disco. A esto le quitamos los 20 minutos de irregularides que tiene y sería fabuloso.
Anónimo, muchas gracias a ti por tus palabras.
Este tipo de comentarios me demuestran que siempre "hay alguien" ahí detrás, y te aseguro que me da alas para seguir con esto.
Salu2!